Entrevista a Luis Molina-Pantin
/Luis Molina-Pantin apreciando una de sus obras.
Tuve el placer de entrevistar a Luis Molina-Pantin, artista plástico venezolano basado en Caracas. Molina-Pantin, que fue reseñado por el New York Times, ha expuesto en Barcelona, Bogotá, Sao Paulo, Gwangju, Houston, Sevilla, Arizona, Madrid y Nueva York y varias de sus obras han sido adquiridas por museos de estas ciudades. El trabajo de Molina-Pantin trata principalmente, a través de significantes objetos vintage que él llama “arqueología urbana”, sobre Venezuela, el colapso que lleva décadas sufriendo y la cultura moderna de dicho país simultáneamente haciendo un comentario social y político.
Tony: ¿Consideras tu arte como arte conceptual o arte pop? Tomemos en cuenta que el arte pop emplea imágenes de la cultura popular o consumista mientras que el arte conceptual emplea objetos mundanos muchas veces no creados por el artista para expresar el concepto tras estos.
Luis Molina-Pantin: Arte conceptual, pero algunos confunden las dos cosas.
T: ¿Cuánta consideras que es la importancia de lo pop en tu arte?
LMP: Tiene un porcentaje de la cultura pop, por la manera de presentar a los objetos o portadas de libros, pero no lo llamaría pop.
Parte de la serie: Best-sellers -Nacional- (2001-2004)
T: Tus obras son principalmente objetos del pasado cosmopolita y consumista de una Venezuela que ya no existe y fotografías con imágenes poderosas sobre la cultura masiva, el país y en muchas ocasiones el kitsch. ¿Te consideras escultor, fotógrafo o algo diferente?
LMP: Artista plástico, es más flexible, tengo la habilidad de asumir roles para poder crear, puedo trabajar como “fotógrafo" o como “escultor”.
T: Existe una gran cantidad de críticas al arte conceptual por mostrar objetos mundanos no creados por el artista como obras de arte. Varias de tus obras son objetos mundanos pero que logran expresar un mensaje sobre Venezuela o simplemente un interesante efecto estético a base de los objetos. ¿Crees que esta cualidad tan única te logra diferenciar de gran parte de los artistas conceptuales o crees se asemejan a ti?
LMP: Trabajar con objetos es fácil para los artistas pero no para el público, la filosofía del ready-made de Duchamp lleva más de 100 años de existencia y todavía el público tiene problemas con ella. Cada artista tiene sus habilidades, no logro semejarme ni diferenciarme de los demás, simplemente hago mi trabajo con honestidad y consistencia.
T: Damien Hirst es uno de los más celebres y controversiales conceptualistas, con obras como un tiburón disecado o un boticario con pastillas. ¿Qué opinas de su arte?
LMP: Me gusta su trabajo hasta cierto punto, he sido observador desde el principio, loúnico controversial es su éxito comercial, pero a la final como decía Warhol -“Todo artista es comercial”.
T: Una de tus obras que más me llama la atención es una serie de teléfonos ladrillos haciendo un degrade de colores. Hoy en día atraen por su apariencia vintage y nostálgica. ¿Qué quieres expresar con esta obra?
LMP: Mi habilidad como arqueólogo, esos teléfonos son muy difíciles de conseguir, es como un lujo verlos todos juntos y además formando un degrade. También es sobre lo sensible que podemos ser con un objeto que apenas tienes 25 años de existencia.
Postales apocalípticas/Apocalyptic Post-cards (1996)
T: Aquí viene una pregunta larga. Naciste en 1969. Es decir, que tu infancia y tu llegada a la adultez se dieron en un periodo interesante para el país: la Venezuela Saudita se veía cada vez más lejana; el país se hundía en crisis económica; la era de Miami, el ta’ barato dame dos y la Sifrina de Caurimare se desaparecía; y el país cosmopolita que éramos se perdía. Es decir, creciste en el periodo transitorio entre la “Gran Venezuela” de CAP y la “Venezuela Revolucionaria” de Chávez. Se podría ver a tu arte como una expresión generacional de lo que vivió tu generación (la generación X): la pérdida y transición de una Venezuela por la otra. ¿Considerarías a tu arte como una expresión de tu generación?
LMP: Si claro, mi trabajo es sobre mi entorno, pero mi formación no fue totalmente enVenezuela, tuve la oportunidad de vivir y estudiar en Nueva York, Montreal y San Francisco, donde me dio la ventaja de ver a mi país desde afuera.
T: En tu obra “Postales Apocalípticas” vemos una serie de imágenes de íconos de diferentes lugares del mundo con colores y cielos que parecieran ser guerras nucleares u otros tipos de lugares apocalípticos (lo cual me recuerda la obsesión por las bombas nucleares que se expresa en el libro “Generation X” de Douglas Coupland). Una imagen es de Venezuela pero no muestra un edificio icónico si no una torre de petróleo en fuego. Para ti, ¿La imagen expresa que Venezuela ha quedado reducida a su petróleo?
LMP: El petróleo es la imagen del porvenir y modernización del país, ese paisaje es clave para abreviarlo.
T: Tu obra sobre alcancías de bancos quebrados o intervenidos de Venezuela me parece extremadamente significativa al igual que la cantidad de libros viejos sobre temática nacional o de importancia en el país. ¿Qué expresan esos libros? ¿Se podrían relacionar con la obra de las alcancías pues ambos son reliquias de un país que ya no existe?
LMP: Sí, de ahí viene el término “arqueología urbana”, libros y alcancías es lo que básicamente he usado como material para trabajar, todo viene del dicho-“Nunca juzgues un libro por la portada”.
T: Expusiste una exposición de nombre “Valores Humanos”, como el programa de Arturo Uslar Pietri (una vez más evocando la cultura pop del pasado), donde expones las alcancías de los bancos quebrados o intervenidos o una botella de whisky – “la bebida nacional” – que dice perturbadoramente: tamaño familiar. ¿Por qué elegiste ese nombre para la exposición? ¿Habla de una perdida de los valores y del materialismo?
LMP: Titulo clave sobre el rescate de los valores humanos, también tiene una doble lectura, el único programa que mi padre me decía que viera. En fin, el título y la exposición lo dicen por si solos…
T: Tomando en cuenta la temática de tus obras: ¿has visto la película Adiós, Miami? Y ¿Has pensado trabajar con el metro (y su arcoíris icónico) o con la famosa Sifrina de Caurimare cuyas cuñas para Bon Bon de Tío Rico terminaron expresando esta experiencia traumática que llamamos el viernes negro?
LMP: La vi hace años, emm, por ahora no creo.
T: Has hablado de tu búsqueda por estos objetos fascinantes del pasado como “arqueología urbana” puesto que es como una excavación de una civilización muerta. ¿Dónde consigues todos estos objetos, en especial los libros, que expresan tan bien la cultura pop de la llamada “Cuarta República”?
LMP: Eso es secreto sumarial, no debería dar recetas.
T: Tu exposición sobre la narco-arquitectura de Colombia causó mucha polémica. ¿Crees que esta narco-arquitectura puede ser considerada como una de esas mezclas tan típicas de tus obras entre cultura pop e historia de un país?
LMP: Sí, el trabajo de la narco-arquitectura es un estudio informal sobre laarquitectura híbrida. Naturalmente todo está conectado.
T: Tienes una serie de fotografías de la casa de Osmel Sousa, la cual expresa la pomposidad y lo estrambótico de dicho personaje tan importante en la farándula local (puesto que el Miss Venezuela, a pesar de sus lados oscuros, es un poder en el país). ¿Cuál es la historia de cómo llegaste a fotografiar la casa de Osmel?
LMP: Ese trabajo se hizo especialmente para la exposición colectiva “90-60-90”, que serealizó en el antiguo Museo Jacobo Borges en el año 2000, curada por Alfons Hug, quien era entonces el director del Instituto Goethe en Caracas, fui invitado a participar junto con otros artistas venezolanos y alemanes sobre el fenómeno cultural del Miss Venezuela.
En vez de fotografiar a las misses con sus trapos, tacones, etc… quería ir al problema de la matriz, y esa era el apartamento en Santa fe Sur donde vivía Osmel, por suerte la Organización Miss Venezuela fue patrocinante de la exposición y pude lograrconvencer a Osmel para entrar en su casa.
T: Vemos obras tuyas tales como una vista a un jardín hecha de revistas y portadas de libros sobre plantas y jardines o fotografías a set de novelas de los noventas que aparentan ser casas. ¿Estás hablando de una falsa realidad creada por el consumismo y la cultura pop? Es decir, del delirio de creer en algo artificial – lo que Baudrillard llamó la hiperealidad
LMP: Sí, es más o menos sobre el reciclaje de la imagen y sacando de su contexto original esos estudios televisivos y libros…
T: En el resto del mundo se tiene una imagen de Latinoamérica como un lugar con guerrillas, bigotes, sombreros gigantes, Macondos, plantaciones con mujeres en ruanas y burritos. En tus obras vemos otra cara de la moneda, al menos de Venezuela: consumismo, cultura pop al estilo americano, cosmopolitismo, etc… ¿Tus obras son una reivindicación de la imagen de Latinoamérica o al menos de Venezuela?
LMP: Sí, se ve en varios de mis trabajos, en vez de estudiar a las civilizaciones en “crisis” me interesan más estudiar las civilizaciones del “poder”.
T: Finalmente, en varios de mis escritos he expresado el sentimiento de que Caracas se ha vuelto Roma en el ocaso del imperio (un punto de vista que descubrí que alguien más tiene en un artículo de Caracas Chronicles). Es un antiguo imperio de la opulencia y la prosperidad que cae abandonado y tomado por bárbaros: gigantescas ruinas de hierro y hormigón. Como dijo el autor del artículo en Caracas Chronicles: Aun está el coliseo y el foro, cayéndose, pero los emperadores no existen. Aún quedan las villas como varios nobles, pero gran parte se han ido a Constantinopla. Basado en esta metáfora, ¿Tu “arqueología urbana” son las reliquias de Roma antes de los bárbaros?
LMP: Antes y después…-
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Si deseas conocer más del trabajo de Luis Molina-Pantin, puedes ingresar a su página web www.luismolinapantin.com o seguirlo a través de su cuenta en Instagram @luismolinapantin.